Alergias cutáneas en perros: síntomas, causas y tratamiento
Nuestros mejores amigos pueden sufrir prácticamente la misma variedad de afecciones que nosotros. También las alergias pueden mermarles calidad de vida y poner en riesgo su salud.
La supervisión del especialista hará que se despejen dudas y se eviten situaciones de riesgo.
Las alergias cutáneas en perros se refieren a un conjunto de afecciones causadas por la reacción de sus propias defensas a un alérgeno, que en este caso afectan a la piel. Son sustancias que en individuos sin alergia no producen reacción, pero que ante un alérgico son percibidos como una amenaza o patógeno.
Como nuestros perros no pueden hablar, habrá que observarles con cuidado para saber qué está pasando y hacer una lista que facilite la labor de nuestro veterinario .
Manifestaciones de las alergias cutáneas en perros
La principal sintomatología es la de picor excesivo o ardor que les impulsa a rascarse y lamerse. Además puede estar acompañado de rojeces o pequeñas pupas. Todo ello es provocado por la inflamación de la reacción frente al alérgeno.
¿Dónde se puede producir esta reacción? Lo cierto es que casi en cualquier lugar de su anatomía. Así que es importante que revisemos de vez en cuando las zonas que se pueden ver a simple vista. Apartar un poco el pelo para comprobar el estado de la piel, mirar entre sus dedos, en la zona genital o dentro de las orejas es una buena estrategia para detectar posibles alergias cutáneas.
Los cambios de comportamiento también pueden ser una señal de aviso.
Un perro nervioso, que gime o que se esconde también puede estar sufriendo los efectos de una alergia cutánea. La misma consideración debemos tener con otros indicadores como sacudidas o estornudos frecuentes.
Los perros con alergias cutáneas además pueden perder el pelo en zonas concretas, o bien por la propia reacción alérgica o bien por el rascado o lamido excesivo.
Por último, tener la piel más seca de lo habitual o con presencia de sarpullidos son señales de alarma que no debemos pasar por alto.
Alergias cutáneas en perros: posibles causas
Normalmente los perros pueden tener alergias cutáneas como consecuencia de su exposición a pulgas y garrapatas (y también insectos como mosquitos, tábanos, etc.). Pero estas no son las únicas causas: existen algunas hierbas sobre las que pueden tumbarse y que les pueden producir una reacción alérgica.
Los ácaros también son responsables de muchas reacciones alérgicas cutáneas en perros, y es complicado de detectar puesto que son prácticamente omnipresentes. Los alimentos que ingieren también contienen potenciales alérgenos, por lo que tendremos que estar atentos ante posibles reacciones a un cambio en sus dietas.
Cómo actuar ante la sospecha de una alergia cutánea en nuestro perro
Lo primero debe ser pedir cita con el veterinario. Después, dependiendo de la gravedad de las lesiones que presentan puede ser una buena idea tratar de impedir que se rasque continuamente o se lama.
El facultativo seguramente abordará la dolencia con remedios para el estado de su piel a través de la prescripción de champús o cremas. En el caso de estas últimas, puede ser de cierta ayuda ponerles un collar isabelino.
Evita construir dispositivos caseros que podrían hacerles daño en el cuello y utiliza uno que se ajuste bien a su tamaño.
Con este aparato de protección podrás alejar sus orejas (lugar frecuente de manifestación de alergias) de sus patas, para que no puedan rascarse. Les costará adaptarse pero puede hacer que los tratamientos cutáneos actúen mejor (al evitar que los ingieran lamiéndose).
El veterinario también puede ponerles alguna inyección que les ayude a rebajar la sensación de picor o escozor y prescribirles medicamentos orales.
Tratamientos para las alergias cutáneas en perros
Los antihistamínicos son medicamentos que bloquean los efectos de las histaminas, unas sustancias que producimos al exponernos a un patógeno como parte de nuestra estrategia defensiva. Nuestros perros reaccionan igual por lo que su uso está indicado en su caso.
Los corticosteroides pueden reducir su malestar (el picor o escozor), pero tienen efectos adversos que conviene tener en cuenta. Con todo, es tu veterinario quien tiene que valorar la conveniencia de su administración.
La higiene del entorno y el propio pelaje de nuestro perro también ayudarán a mantenerle libre de alergias. Pero no hay que realizar un lavado excesivo con sustancias químicas, ya que estas podrían tener un efecto irritativo. Lo mejor es utilizar el champú específico que nuestro veterinario nos recomiende.
Pipetas, pastillas antiparásitos y collares específicos colaborarán manteniendo alejadas de su piel a pulgas y garrapatas. Aspirar alfombras y superficies de nuestra casa también colaborará en esta misión.
Las alergias cutáneas pueden ser un problema que acompañe toda su vida a nuestro perro, pero con la acción conjunta de nuestros esfuerzos y el consejo del veterinario, no tiene por qué mermar su bienestar.