Cómo mejorar la higiene dental de tu perro
Tenemos una buena y una mala noticia para tu perro. La buena es que, por normal general, los perros suelen tener menos caries que las personas. La mala es como imaginarás, ellos tampoco están exentos de cuidar de su dentadura y de las limpiezas dentales en profundidad.
Para realizarlas de forma correcta, os proponemos una serie de consejos a seguir que mejorarán la higiene de vuestro perro y su calidad de vida:
Familiariza a tu perro con el proceso desde una edad temprana
Cómo ocurre con las personas, adquirir el hábito de la limpieza desde pequeño es difícil pero importante. A partir de los 6 o 7 meses de edad, con los dientes (42) de tu peludo plenamente desarrollados, puedes comenzar a darle pasta dentífrica para probarla, sin necesidad de usar cepillo. Además, es útil tocarle los dientes suavemente y palpar su boca de forma regular.
Emplea un cepillo y pasta de dientes homologados
Puedes encontrar productos especiales de este tipo en la mayoría de tiendas de animales. No utilices bajo ninguna circunstancia dentífricos para seres humanos, pues los compuestos del flúor son extremadamente dañinos para los perros. Como última opción, sírvete de dedales de tela especial o dedales de silicona en los que no se necesita pasta.
Escoge el momento idóneo para realizar el cepillado
Es conveniente aprovecharse de situaciones en las que el perro este cansado, como después de pasear o hacer ejercicio. En una postura en que se sienta cómodo, háblale con voz calma y agradable durante el proceso y no te olvides de recompensarle al final, por ejemplo, con una golosina.
Elige la técnica adecuada
Para quitar el sarro o la suciedad adherida al diente, acuérdate de cepillar de arriba hacia abajo, desde la encía hacia fuera, con un movimiento similar al que realizamos nosotros después de cada comida.
Sírvete de otras alternativas beneficiosas
Si el cepillado produce sangrado o inflamación en tu peludo, hay otras opciones para mejorar su salud dental. En primer lugar, los alimentos crocantes, menos propensos a quedarse entre sus dientes. En segundo, los huesos sintéticos y los juguetes de caucho natural o nailon, diseñados para fortalecer las encías y retener las impurezas.
Acude regularmente al veterinario
Aun con unos dientes blancos y sanos, es conveniente llevar a tu peludo a un profesional cada seis meses o un año. El veterinario debería revisarle la boca en las consultas habituales, pero, si no lo hace, pídeselo.