Época de gatitos: ¿cuáles son sus enfermedades más comunes?
Como ya sabéis, cada estación del año tiene sus propias características. Desde finales de primavera hasta verano, son muchos los animales que empiezan a asomar sus cabecitas a este mundo. En el caso concreto de los gatos, esta época se asocia a las tasas de natalidad más elevadas del año, dado que, al finalizar el solsticio de invierno, aumentar la temperatura y alargarse los días, las gatas entran en celo.
A pesar de la belleza de este suceso, los gatitos presentan un alto riesgo de contraer un gran número de enfermedades y parásitos hasta que su sistema inmunitario madure y puedan empezar a recibir los tratamientos preventivos y las vacunas pertinentes.
Si estás empezando a convivir con un nuevo gatito, recuerda que cada uno es diferente, y que el veterinario será quien mejor te aconseje sobre las medidas antiparasitarias y de prevención que más se adapten a sus necesidades.
¿Cuáles son los parásitos más habituales en gatitos?
- Pulgas
Si bien es cierto que el malestar y el picor son los efectos más comunes causados por la presencia de pulgas, es importante recordar que estos parásitos pueden llegar a provocar una infestación masiva en el animal que acabe cursando con graves anemias.
Librarse de ellas puede ser frustrante, costoso y duradero, de forma que prevenir su aparición es clave. No te preocupes: la edad apropiada para que tu gatito empiece a tratarse con antiparasitarios te la indicará el equipo veterinario.
Adicionalmente, existen algunas medidas preventivas que puedes tener en cuenta:
- Revisa a diario a tu gatito con un peine antipulgas.
- Asegúrate de que todos los animales que viven en casa están bajo tratamientos antiparasitarios (sí, también los que no salen de casa).
- Aspira el suelo, las alfombras y el mobiliario.
- Lava regularmente la ropa de cama en agua caliente (si la infestación por pulgas ya está presente, es recomendable que lo hagas diariamente).
- Gusanos intestinales
El sistema inmunitario de los gatitos es más débil que el de los gatos adultos, lo que significa que son más propensos a contraer parásitos internos.
Como ya has podido descubrir, el sistema inmunitario de los gatitos es más débil que el de los gatos adultos, lo que significa que son más propensos a contraer parásitos internos como los gusanos intestinales. Estos vermes pueden crecer en los intestinos y causar un gran abanico de síntomas, desde hinchazón estomacal, vómitos y diarrea hasta deshidratación y retraso en el crecimiento.
Los gusanos redondos, también conocidos como nematodos, son los vermes intestinales más comunes en los gatos. De hecho, la mayoría de estos felinos se contagia en algún momento de su vida, principalmente durante sus primeros meses de vida, y pueden incluso transmitirse de madre a cría a través de la leche.
Otro de los parásitos intestinales más habituales en esta especie son los anquilostomas o gusanos gancho, quienes se enganchan a la mucosa intestinal del gato, se alimentan de su sangre y acaban liberando sus huevos a través de las heces del animal. Si bien es cierto que la sintomatología principal se caracteriza por anemia, diarrea y pérdida de peso, la presencia de un elevado número de gusanos puede cursar con cuadros mucho más graves.
Siguiendo los consejos de un equipo veterinario, tu gatito debería mantener un buen plan de desparasitación desde el momento de su llegada a casa, en función de su procedencia y de su edad.
- Ácaros en los oídos
Estos parásitos externos pueden infestar los oídos de tu gatito y causarle mucho sufrimiento. Su presencia es más común en gatos jóvenes, de menos de un año, y suelen manifestar sacudidas de cabeza, rascado de los oídos e inflamación de los canales auditivos.
¿Y cuáles son las enfermedades más comunes en gatos?
- Infecciones del tracto respiratorio superior
Este tipo de infecciones son muy parecidas a los resfriados habituales que experimentamos los humanos. En gatitos, la gravedad de estos procesos puede ser mayor, ya que su capacidad de recuperación es más lenta que la de los gatos adultos, debido a su sistema inmune aún en desarrollo.
Estas infecciones pueden deberse a diferentes agentes patógenos. Dos de los más comunes son el calicivirus y el herpesvirus felinos, motivo por el cual las pautas vacunales preventivas incluyen protección frente a estos microorganismos.
Recuerda que si otro gato presente en el hogar está mostrando síntomas de una infección del tracto respiratorio superior, es importante mantenerlo separado de cualquier otro gato presente, dado que la transmisión del virus es a través del contacto directo. Y, por supuesto, acudir de inmediato al veterinario.
- Virus de la inmunodeficiencia felina (FIV)
El FIV suele transmitirse a través de mordiscos, pero también puede transmitirlo una madre infectada durante el parto o el amamantamiento a sus gatitos.
Este virus provoca que los gatos se vuelvan más vulnerables ante cualquier otra infección. Generalmente, se transmite a través de mordiscos, pero también existe la posibilidad de que una madre infectada contagie a sus gatitos durante el parto o el amamantamiento.
Cuando llega un gatito nuevo a casa, es altamente recomendable que tu veterinaria compruebe la presencia o ausencia de este virus antes de proceder a la administración de las vacunas.
- Virus de la leucemia felina (FeLV)
Este virus es una causa de enfermedad muy común en gatos, que puede llegar a provocar su muerte debido a la inmunosupresión que provoca. La transmisión del microorganismo se produce a través de contactos cercanos y prolongados (saliva, orina o mordeduras), razón por la cual, en las zonas donde la densidad de gatos es mayor, el porcentaje de animales infectados es más elevado.
Una vez más, los gatitos son especialmente vulnerables al contagio, por eso es importante que te asegures de que tu compañero felino no entra en contacto con otros gatos que no estén vacunados mientras él tampoco lo esté. Como en el caso del FIV, el equipo veterinario comprobará si tu gatito presenta este virus antes de recibir la vacunación.
Como ves, los gatitos necesitan nuestra ayuda durante sus primeros meses de vida, para empezar con buena pata. Puede parecer que muchos peligros les están acechando allí fuera, pero con el acompañamiento y el soporte de tu clínica veterinaria no tendrás que preocuparte de casi nada. ¡Pídeles consejo en todo lo que quieras y no dudes en hacerles las preguntas necesarias para conocer cómo cuidar de la mejor forma posible la salud de tu gatito!