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Guía de vacunación de tu gato
Tu gato es un miembro más de tu familia y, como tal, no solo compartes infinidad de buenos momentos con él o ella, sino que también necesitan de tu protección en determinados casos. Desde pequeños accidentes en los que se quedan atrapados hasta asegurándote de protegerle de enfermedades causadas por virus o bacterias. Pero si no tienes claro cómo debe ser la vacunación de tu peludo, ¡no te preocupes! Aquí te explicamos cuáles son las principales vacunas que necesita tu gato.
En primer lugar, si tienes un gatito pequeño no te anticipes. Al igual que con los perros, la leche materna con la que se está alimentando les protege durante unas semanas frente a cualquier enfermedad. Hasta que el gato no haya sido destetado (aproximadamente a partir de la séptima semana de vida) no deberás comenzar con el proceso de vacunación de tu gato. Pero… ¿sabes cuáles son las enfermedades más frecuentes contra las que tendremos que vacunarle?
Virus de la leucemia felina (FeLV)
Es importante vacunar a tu peludo contra este virus no solo porque es uno de los más importantes en cuanto a tasa de mortalidad, sino porque el contagio se realiza tan fácilmente como mediante contacto con otro gato. Además, aquellos gatos contagiados con este virus pueden no mostrar ningún síntoma durante meses o incluso años. Entre los síntomas causados se cuentan cáncer, anemia o deficiencias en el sistema inmunológico (lo que provoca la aparición de otras infecciones). Para evitar el contagio de este virus se recomienda no solo una vacunación inicial, sino también una revacunación regular para mantenerle siempre protegido.
Panleucopemia felina
También llamada enteritis infecciosa, es una enfermedad extremadamente contagiosa que provoca una alta tasa de mortalidad sobre todo en gatitos jóvenes, aunque puede afectar a gatos de cualquier edad. Una vez infectado, nuestro gato puede desarrollar síntomas como anemia severa, y deteriorarse rápidamente con vómitos y diarrea. Además, los gatos contagiados también pueden sufrir depresión.
El contagio de esta enfermedad se produce al entrar en contacto con un gato portador de la enfermedad o con sus heces. Dada la extrema dificultad de su tratamiento es conveniente proteger de antemano a nuestro gato con una correcta vacunación.
Enfermedades víricas respiratorias
Las más frecuentes son la rinotraqueitis vírica felina y el calcivirus felino. La primera causa síntomas como estornudos, pérdida de apetito o fiebre, entre otros. Aunque suele ser fatal en gatitos, la mayoría de muertes por rinotraqueitis se debe a una deshidratación severa, así como a otras infecciones secundarias.
Por su parte, la calcivirosis presenta síntomas similares, aunque los gatos portadores de esta enfermedad también suelen presentar úlceras en la boca y/o la lengua. Esta enfermedad es muy habitual en los gatos callejeros, por lo que si tu gato tiene acceso al exterior es más que necesario protegerle mediante una vacuna.
Peritonitis infecciosa felina (PIF)
Transmitida a través de la sangre, saliva, orina o heces, la peritonitis infecciosa felina es una enfermedad mortal provocada por un virus coronavirus. Los síntomas no son específicos y pueden ir desde fiebre hasta la pérdida de peso o la letargia. No existe ninguna cura, por lo que la protección vacunal es completamente necesaria.
Recuerda que aunque haya algunos gatos que a simple vista parezcan perfectamente sanos, es posible que estén portando (y sobre todo excretando) los virus, por lo que pueden ser fuente de contagio para otros gatos. Asegurar una vacunación correcta a nuestro gato forma parte de la tenencia responsable de las mascotas.
Por otro lado, recuerda también preguntar la frecuencia de recordatorio de las vacunas: la protección que estas ofrecen no se mantienen durante toda la vida del animal, por lo que será necesario realizar nuevas vacunaciones pasado un tiempo. Como de costumbre, quien mejor te puede orientar en este y en cualquier otro tema relativo a tu mascota es el veterinario. ¡No dudes en hacerle todas las preguntas que consideres necesarias!
Y una vez tu gato esté protegido contra posibles enfermedades, sólo queda pendiente hacer una cosa: ¡jugar con él y disfrutar de su compañía!