¿Por qué es importante mantener al día la vacunación de tu perro?
¿Eres de aquellas personas que disfrutan llevándose a su perro de viaje todos los fines de semana o eres de los que prefieren aprovechar para descansar y compartir con él momentos de calma y juego en casa?
Independientemente de tu respuesta, y de la cantidad de planes que hagas con tu perro, mantener sus vacunas al día es el método de salud preventivo que te permitirá ahorrar dinero y tiempo y, sobre todo, proteger a tu compañero de muchas enfermedades.
¿Por qué es importante que las vacunas de tu perro estén al día?
Las vacunas actúan como barrera frente a enfermedades contagiosas que también podrían afectar a los humanos u otros animales.
La vacunación es una medida segura, efectiva y necesaria en el plan sanitario de tu perro. Además, no solo experimentará tu mascota sus beneficios, ya que las vacunas actúan como barrera frente a enfermedades contagiosas que también podrían afectar a los humanos (u otros animales) que vivan en el mismo hogar.
Para que tu perro pueda mantener un buen nivel de inmunidad, es fundamental que reciba periódicamente las revacunaciones pertinentes. Su frecuencia (anual, trienal, etc.) varía en función de las características y necesidades individuales de cada animal, así como de las indicaciones y recomendaciones del veterinario.
Recuerda que acudir con regularidad a tu clínica veterinaria es importante no solo para realizar un correcto seguimiento de su plan vacunal, sino también para poder identificar a tiempo otros potenciales problemas, como parásitos, y así proteger la salud y la calidad de vida tanto de tu perro como del resto de la familia.
¿Cuáles son las enfermedades caninas más comunes y cómo se propagan?
En la siguiente tabla, encontrarás algunas de las vacunas que te podría recomendar tu veterinario, cómo se propagan las enfermedades asociadas a estas y cuáles son sus síntomas más frecuentes.
Enfermedad | Síntomas | Propagación |
Moquillo canino (distemper) | Fiebre, trastornos respiratorios, problemas gastrointestinales, convulsiones. | A través del aire (aerosoles y gotas). |
Hepatitis infecciosa canina (Adenovirus-1) | Fiebre, inflamación renal y ocular, problemas hepáticos, apatía, vómitos, diarrea. | A través del aire (aerosoles y gotas), contacto con fluidos contaminados (heces, orina, saliva, alimentos, agua). |
Adenovirus-2 | Problemas respiratorios (tos seca, expectoración de secreciones, dificultad respiratoria, neumonía), fiebre. | A través del aire (aerosoles y gotas), contacto con fluidos contaminados (heces, orina, saliva, alimentos, agua). |
Parainfluenza canina | Tos, arcadas, bronconeumonía, secreción nasal y ocular, fiebre, anorexia. | A través del aire (aerosoles y gotas). |
Parvovirus canino | Enteritis, fiebre alta, vómitos, diarrea sanguinolenta. | Vía oral o nasal tras el contacto con heces contaminadas. |
Coronavirus canino | Fiebre, anorexia, apatía, vómitos, dolor, diarrea. | Vía oral o nasal tras el contacto con heces contaminadas. |
Leptospirosis | Fiebre, vómitos, problemas renales y hepáticos. | Contacto con tejido u orina infectados, a través de suelos y aguas contaminadas. |
Bordetella | Traqueobronquitis infecciosa (tos seca, fuerte y ronca, expectoración de secreciones, neumonía), vómitos, apatía. | A través del aire (aerosoles y gotas), contacto directo con animales infectados o superficies contaminadas. |
Influenza canina | Tos, secreción nasal, dificultad respiratoria, infección pulmonar. | A través del aire (aerosoles y gotas), contacto con objetos contaminados. |
Enfermedad de Lyme | Dolor e inflamación articular, daño renal. | Picadura de una garrapata infectada. |
Rabia | Enfermedad nerviosa (salivación excesiva y elevada agresividad). | Mordedura de un animal infectado o contacto con saliva infectada. |
Leishmaniosis | Pérdida de pelo, sobrecrecimiento de las uñas, dolor articular, aumento del tamaño de los ganglios, insuficiencia renal. | Picadura de un flebótomo. |
Como has podido observar, no son muchas las formas en que estas enfermedades se transmiten. En la mayoría de ocasiones, se reducen a aerosoles, contacto nasal u oral, agua o comida contaminada o a través de la picadura de un insecto o la mordedura de un animal infectado.
La transmisión a través de aerosoles, en concreto, puede darse incluso si tu perro se encuentra a unos pocos metros de otro: cuando un perro infectado estornuda, tose o jadea intensamente, expulsa bacterias y/o virus por medio de partículas de saliva y mucosa, y en ellas, los gérmenes pueden viajar por el aire ciertas distancias a gran velocidad. Un animal sano se contagia, entonces, cuando respira estos aerosoles contaminados.
Un perro puede llegar a contraer una enfermedad, no solo durante una excursión a la montaña o desplazándose a otro país, sino también en situaciones tan comunes como sus paseos diarios.
De esta manera, se evidencia la facilidad con la que un perro puede llegar a contraer una enfermedad, no solo durante una excursión a la montaña o desplazándose a otro país, sino también en situaciones tan comunes como sus paseos diarios. Por este motivo, no olvides la importancia que tiene la administración periódica de las vacunas a tu perro, para protegerlo frente a enfermedades y asegurar su buena salud, bienestar y calidad de vida.